UN AÑO MAS O UN AÑO MENOS...
Para mí, en lo personal y en lo familiar tanto la vida y la muerte son regalos de Dios, nuestro Señor. La vida la crea Dios, estamos en los sueños de Dios por mucho tiempo hasta que permite la concepción y luego el nacimiento, por otro lado, la muerte nos permite encontrarnos nuevamente con Dios, y con eso, ¿para qué queremos más felicidad?
El nace un día miercoles 26 de Agosto de 1953, hijo mayor de Carlos Enrique Cavieres, un padre rígido y siempre presente, y Carmen Hernández, una madre amorosa, tierna y preocupada de su hijo regalón, ésto en la cuidad de Rancagua, ciudad capital de la región de O´Higgins, Chile. Hijo de una familia conservadora en muchos términos y numerosa, donde casi todos mueren a larga edad.
Sin duda que es difícil escribir algo referente a mi padre, no porque no sienta algo sobre él, mas bién por los episodios difíciles de su vida. Desde niño le toca enfrentar difíciles pruebas en la vida, muchas de ellas, las burlas de las personas, por ser un deportista destacado, un hombre fiel a sus principios, culto e inteligente, por ser generoso y valiente, mucha gente se tiende a sentir amenzada, envidiosa, se han querido aprovechar y burlar por esa razón.
Hoy en día cuenta con pocos amigos, pero sé que muy buenos y preciados, hoy, su única familia, que somos mi madre, mi hermano y yo estaremos completamente solos acompañando este gran acontecimiento, pero tengo la certeza, que como reza parte del "salve", esa gran oración Mariana: "este valle de lágrimas" será pasajero, y que tarde o temprano terminará cosechando todo que ha sembrado, y los primeros frutos son el cumplir 53 años de vida, y la primera "vendimia espiritual" de esta corta, pero unida familia, es tener nuestro afecto, que somos su escudo humano para defenderlo de la maldad exterior y que Dios junto a su madre María, lo estarán acompañando, junto a mi abuela, la madre de mi padre, que lo está acompañando desde el cielo.
Mi padre es una persona valiente, honrada, que siempre se ha entregado por el resto, que siempe ha recibido la ingratitud de casi todos, y si bién ha tenido grandes victorias a nivel personal, familiar, para las ciudades en las cuales hemos vivido, en forma regional y nacional, pero aunque nadie esté aquí para hacerlo presente, siempre contará con el cariño, afecto y el refugio de nosotros y mientras Dios me dé vida, siempre estaré pendiente de honrar a mis padres y mi familia.
Mas que pedir una larga vida, quiero pedirle a Dios una vida feliz y alegre para mi padre, con un gran contenido y de gran calidad.