jueves, noviembre 09, 2006

LA ADULACIÓN QUE MATA.
Zeno puso a prueba en una oportunidad a un hombre que era famoso por su capacidad de ayunar. Lo invitó a su casa. Zeno sólo comía cada dos días, pero el gran ayunador lo hacía sólo los sábados y domingos. Durante su estadía con Zeno, el ayunador se puso nervioso y pensó que el demonio se había apoderado de él, porque no podía ayunar más. Entonces Zeno le dijo: "En el pueblo te alimentabas de la adulación de la gente. Te sentías bien porque todos te admiraban, ahora que tienes que ayunar aquí en soledad, no puedes hacerlo.
Algunas veces la adulación se convierte en el mejor alimento.