...A MI AMIGO PANCHO...
Francisco Trdan, mi buen amigo Pancho, pense y le dí muchas vueltas antes de publicarte estas líneas, gracias a La Romané es que opté por darte este "homenaje" a través de mi blog, contrariando tu voluntad póstuma, pero para que no se creyera que era una broma de mal gusto la que estaba realizando a nuestros amigos.
Fuiste un amigo incondicional durante estos años de amistad, tanto así que muchos pensaron que eramos una misma persona, al ser tu padre bloger, porque te ayude a crear tu espacio, pudimos compartir mucho, estrechar aun mas la relación de amistad, y como muchos envidiosos les parecía mal nuestra opinión y relación, optaron por rumorear que eramos pareja, pero el gran logro de nuestra amistad es que fue fuerte como un roble, y que pese a la enorme crítica, es que esta amistad perdura aun después de tu muerte, porque la muerte es sólo un proceso mas de la vida. Así como la semilla tiene que morir para nacer como una flor, luego transformarse para ser un fruto, lo mismo ocurre con los misterios de la vida y la muerte.
Pancho, estás líneas van dirigidas a tí como si estuvieras a mi lado, porque sé que siempre estrás conmigo mientras te recuerde; el día de ayer te despidió llorando a través de la lluvia que nos logro mojar, pero no fue impedimento para estar contigo.
Cada vez que visite Puerto Montt, Viña del Mar o aquel teruño de Graneros, a las afueras de Rancagua sé que estare contigo, porque es ahí donde repartiran tus cenizas, se que contigo se murió el contacto con la familia de Feña y la tuya, porque también cambiaron de vida y ciudad, pero lo que me causa la enorme satisfacción es que pudieras estar presente en mi vida, fuiste el mejor amigo, provocando los celos de muchos gracias nuestra unión, pero fuimos muy ricos en este sentido.
Pancho, así como te llevaste mis secretos junto a tí, también los tuyos los guardaré, sé que te tratarán de buscar por este nombre, que te perteneció, pero que se esfumó junto a tí con tu muerte, aun así lo mantendré bajo secreto, porque no romperé los votos de silencio que tomamos en la iglesia.
Pancho, ahora pensé que me quedaría sólo, pero como buena semilla que da sus frutos, fuiste generoso al hacerme sentir acompañado junto a La Romane, Quimera e Irarrázabal, que pronto lo tendré como contacto, muchas gracias por vuestro apoyo, lo que me ayudó para enfrentar el difícil momento, hasta donde fui humillado de distintas maneras.
Panchito, pronto nos encontraremos, por lo tanto, sólo te digo... "Hasta Pronto"...